Ashmore Group es una compañía cotizada, con sede en Londres, cuyo negocio consiste en la gestión de fondos de inversión dirigidos a países emergentes, una categoría como veremos con mayor potencial futuro y mejores retornos pasados pero también con una mayor incertidumbre y volatilidad.
- Mercados emergentes frente a mercados desarrollados
En primer lugar pensemos en quién genera la riqueza. La riqueza la generan los individuos, los empresarios y profesionales, cuando prosperan. Se trataría por tanto de comparar la creación de riqueza en una zona del mundo por parte de cada individuo (PIB per capita), y también la capacidad de cada región para crecer en población, que juntos nos llevaría a comparar la creación total de riqueza (PIB). Todo esto por supuesto en una divisa equivalente, que a estos efectos va a ser el dólar americano.
A todo esto habría que sumar a futuro una derivada, la deuda, que si bien es una herramienta y puede tener su razón de ser, lo cierto es que potencia los crecimientos, pero cuando se llega a un punto límite se convierte en una losa y un riesgo añadido.
- El modelo de negocio en una gestora de fondos
- Introducción a la historia de Ashmore
Para hablar de los orígenes de Ashmore debemos retrotraernos a 1998, cuando Mark Coombs, natural de Reino Unido y Licenciado en Derecho por la Universidad de Cambridge, trabajaba como financiero en Australia and New Zealand Banking Group. Es entonces cuando desde dentro de la empresa le encargan crear una filial, Ashmore, que se dedicaría a invertir en mercados emergentes. Un año más tarde, en 1999, compraría Ashmore a su matriz, en lo que financieramente se denomina una operación de management buyout, y esta iría creciendo hasta que en 2006 pasase a cotizar en Bolsa, manteniéndose Mr. Coombs tanto en su puesto de CEO como en su posición de accionista mayoritario de la compañía (actualmente entre sus trabajadores y él poseen el 40 % de la compañía aproximadamente, la mayor parte acciones suyas).
Ciertamente en su momento fue una compañía pionera, porque buena parte de los países que conforman los hoy denominados mercados emergentes apenas habían cumplido una década lidiando con las economías de mercado, al caer la Unión Soviética tal y como se conocía a finales de los años ochenta. Y no solo eso, además por aquel entonces apenas si existían los mercados financieros en muchos de estos países, poco a poco fueron creando sus mercados de capitales, con compañías locales que comenzaban a cotizar en estos, y en ese mismo sentido la deuda de los Estados y empresas de estos mercados emergentes apenas comenzaba a dar sus primeros pasos en los parqués.
Desde los años previos a empezar a cotizar en Bolsa la empresa gestionó una gran expansión de su negocio, pasando de gestionar con diez gestores una veintena de fondos de inversión que aglutinaban un total de activos bajos gestión de 3.300 millones de dólares, a gestionar en su momento álgido, en 2021, con 99 gestores, un total de 106 fondos de inversión con 94.400 millones de dólares bajo gestión.
En su travesía como empresa cotizada ha vivido y disfrutado una histórica bajada progresiva en Reino Unido del Impuesto sobre Sociedades, desde un 30 % en 2007 hasta un 19 % en 2022, para pasar ya en 2023 a un 25 % (se veía venir, ya que desde 2007 el país había pasado de una deuda sobre el PIB de cerca del 40 %, a una deuda sobre el PIB superior al 100 % en 2022 -a diferencia de lo que vimos en nuestro análisis de The Hour Glass para Singapur, cuya progresiva bajada del Impuesto sobre Sociedades resultó ser mucho más sostenible, o con Jersey Electricity para la isla de Jersey, donde una economía más saneada les permitió mantenerlo bajo durante muchos años-).
Sobre la historia de Ashmore como empresa cotizada esta se ha centrado desde 2008 en una estrategia que pasaba por tres fases: una primera ya esencialmente completada, en la que crearían una división de renta fija potente para países emergentes, educarían al inversor y establecerían los procesos de inversión; una segunda que estaba en marcha, en la que diversificarían sus tipologías de estrategias y su tipología de inversores; y una tercera en la que establecerían sus propios gestores locales en las economías que considerasen con mayor potencial cara al futuro.
Sobre la segunda etapa, ciertamente en lo que se refiere a diversificar su tipología de clientes no solo no avanzaron sino que concentraron mucho más, que sea algo positivo o no ya es otro tema. Así si en el año 2008 el 49 % de sus inversores eran gobiernos, bancos centrales y planes de pensiones, esta cifra ascendería en 2024 a un 65 % (el resto serían aseguradoras, fondos de fondos, bancos o clientes asesorados por terceros -retail-). Esto por lo que respecta a la tipología de inversores, aunque si nos fijamos en la procedencia geográfica de los mismos, sí que podríamos reconocer cierta diversificación respecto al peso de Europa, pasando en 2008 de proceder sus clientes en un 48 % de Europa (35 Europa y 13 UK), 22 % de América, 16 % de Asia-Pacífico y el 13 % de Oriente Medio, a que la foto en 2024 fuese de un 40 % Europa (36 % Europa y 4 % UK), 12 % Americas, 25 % Asia-Pacífico y 23 % Oriente Medio. Para ello fueron abriendo oficinas en lugares para ellos estratégicos.
Sobre la tercera pata de su estrategia, no fueron capaces de avanzar en ella de manera orgánica, o no demasiado, y se apoyaron así en la compra de participaciones en gestoras ya existentes de activos diferentes a la renta fija. En 2009 adquirieron una participación del 75 % en Dolomite Capital, una gestora con sede en Nueva York que gestionaba fondos de fondos de mercados emergentes, con vistas a incorporar a estos fondos de fondos, en su caso, los de Ashmore, y también a mejorar la distribución de los fondos de Ashmore en Estados Unidos. Se adquirió por 3,7 millones de libras, gestionando esta unos activos de 100 millones de dólares en 2009.
En 2011 adquieren el 62.9 % de EMM, Emerging Markets Management LLC, una gestora centrada en acciones en países emergentes y que les aportó 9.900 millones de dólares en activos bajo gestión. La adquisición ascendió a 64,9 millones de libras (49,5 en efectivo y 15,4 en acciones de Ashmore). Iban a pagar varias decenas de millones más si esta lograba determinados objetivos, pero como la compraron en buena medida en pico de ciclo (los empresarios de empresas cíclicas tienen la mala costumbre de querer venderlas arriba), pues no pagaron nada más (menudo consuelo por otro lado, la división perdió 4.000 millones de dólares en activos en un único año y nunca los volvió a recuperar).
Durante 2013 adquirieron un 49 %, la máxima participación permitida, en una gestora de fondos China (Central China Securities) especializada en acciones, por 9 millones de libras (el Partido Comunista Chino había abierto la economía de China al libre mercado, pero no parecía muy por la labor de perder el control, y si como régimen autoritario tienes mucho control sobre tus empresarios, pues ahí lo tienen, máximo 49 %). Esta inversión fueron progresivamente reduciéndola, vendiendo participaciones.
En 2019 adquieren el 56 % de un negocio de Real Estate en Colombia que añade 300 millones a los AUMs de activos alternativos. De nombre Ashmore Avenida, lo adquirieron por 11 millones de libras.
Y finalmente en el año 2020 sacan a cotizar a Bolsa Ashmore Asset Management Indonesia, de la que ellos ostentan el 60 % (98 millones de dólares de capitalización por aquel entonces, con 7 de beneficio neto y caja neta).
Por el camino habían lidiado con varias crisis, esencialmente una en 2009, la financiera global, otra en 2014 y finalmente la última, en la que se encuentran, en 2022. La financiera la superaron con mejor nota ya que se trató, según contaban, de una mayor prudencia por parte de sus clientes institucionales, que quisieron pasar a tener mayor liquidez, y que luego cuando pasó el temporal volvieron a invertir con ellos. En el caso de la crisis de 2014 fue peor, porque derivó de la adhesión por parte de Rusia de Crimea, y ahí los inversores americanos y europeos empezaron a no estar tan dispuestos a invertir en un país que parecía no ser tan pacífico como aparentaba. Sin embargo se acabó olvidando, y no fue hasta la guerra entre Rusia y Ucrania cuando de nuevo se dio una pérdida de confianza en invertir en Europa del Este (básicamente se redujeron los clientes americanos, y la inversión en Europa del Este -afectó claro que Ucrania llevase a cabo quitas sobre su deuda, y que Rusia embargase algunas de las inversiones en el país-).
A largo plazo sin embargo, de cada crisis de confianza la compañía como veremos ha ido mejorando sus activos bajo gestión.
- ¿Qué es operativamente Ashmore Group?
Ashmore se ha caracterizado desde su salida a Bolsa en 2007 por ser una compañía bastante rentable, si lo medidos por sus márgenes operativos, aunque a la vez endemoniadamente cíclica. Su fundador y CEO, Mark Coombs, ya había pasado por crisis en 1994 y 1996, y la compañía está por ello diseñada para que sus gastos operativos vayan en buena medida de la mano de sus beneficios. Así sus trabajadores, los gestores de fondos a efectos del peso sobre el total, y equipo directivo, tienen un sueldo fijo podríamos decir tirando a bajo para lo que es el sector y la responsabilidad asumida, pero luego cobran una parte del sueldo en variables (estos bonus anuales además en más de un 50 % se cobran en acciones que no se pueden vender durante cinco años, buscando alinear intereses entre empleados y accionistas). En el caso de los gestores de fondos se trata de un porcentaje sobre los beneficios operativos antes de aplicar estos variables, que suele rondar el 20 %, aunque en el ejercicio 2024 se amplió al 30 % al bajar mucho los beneficios, y en el caso de los dos directivos con funciones ejecutivas, depende del cumplimiento de una serie de objetivos a cinco años vista, en los que los principales son el crecimiento del beneficio operativo y los activos bajo gestión (llegando esto a tal punto que algún año especialmente malo el CEO de Ashmore ha llegado a cobrar 100.000 libras, y otros muy buenos dos o tres millones).
Todo esto ha promovido que la compañía se haya movido en márgenes operativos desde 2003 de entre un 41 y un 77 % (hay que tener en cuenta que Ashmore cobra la mayor parte de sus comisiones en dólares, y tiene sus gastos principalmente en libras, de ahí el también ligar parte de los gastos fijos a la rentabilidad del negocio -traducido: a Ashmore le beneficia una libra débil respecto al dólar, y viceversa-).
Y cuando decimos que es una compañía muy cíclica, y que por tanto como inversores es importante acertar con el momento en el que se encuentra su negocio, nos referimos a esto (el beneficio operativo está ajustado, ya que en las cuentas de la compañía tiende a recoger los cambios de valoración de su cartera de inversiones en fondos, que como veremos es abultada -además incluye los pagos en acciones a empleados, compensados sobradamente por recompras de acciones-):
Finalmente hay una métrica interesante, y es el porcentaje de los activos bajo gestión de Ashmore que superan a sus índices de referencia. Esto es importante como profesionales que se presume son, los clientes institucionales no van a estar dispuestos a pagar comisiones por fondos que no los superan, pudiendo irse a un indexado o directamente a la competencia. En este sentido podemos ver que puntualmente los fondos de Ashmore pueden en media no superar a sus índices, pero que la mayor parte de los ejercicios si son más los que los superan que los que no (ellos solían comentar que como se van a activos puntualmente distress, que es como en inglés solemos denominar a activos que están muy machacados en el mercado -justificadamente o no-, estos activos suelen tardar en superar sus crisis temporales, y que en ocasiones incluso siguen cayendo un tiempo hasta que por fin recogen lo sembrado y dan plusvalías).
+ ¿Qué ha pasado en Ashmore para que los beneficios operativos vayan en declive?
En primer lugar hasta 2014 la mayor parte de sus fondos de inversión cobraban, además de una comisión de gestión fija, una variable. Así en 2008 el 65 % de sus activos bajo gestión aspiraban a una comisión variable, y estas comisiones variables llegaron a representar el 30 - 40 % del total; a partir de 2010 esto comenzó a reducirse progresivamente, y en 2014 solo un 12 % de los activos bajo gestión estaban expuestos a una comisión de éxito, algo que se mantuvo hasta que en 2023 creció a un 21 % y en 2024 a un 23 % (quizás la caída en los beneficios de Ashmore le dio la capacidad para lograr mejores condiciones con sus clientes -en parte seguro porque los fondos de acciones y alternativos han pasado de pesar un 12 % sobre el total a un 16 %, aunque no lo explicaría en buena parte-).
Figuradamente, podríamos decir que hasta 2008 se dio en los mercados financieros una fiesta, y como los resultados acompañaban los clientes estaban dispuestos a pagar mucho, y cuando la fiesta llegó a su fin empezaron a apretar más a Ashmore. A esto se sumó que no solo se vieron reducidas las comisiones de éxito, sino que desde entonces año tras año Ashmore ha venido aplicando un porcentaje menor de comisiones fijas a sus fondos de inversión. A continuación podéis ver la evolución de sus activos bajo gestión, en billones de dólares:
Y también de sus comisiones medias cobradas:
La gran pregunta realmente es: ¿cobra Ashmore comisiones cada vez más bajas, apalancándose en distribuirlas sobre sus gastos fijos, para así espantar no solo con la competencia sino para ser competitiva también con los índices pasivos, o es que fruto de tener mayoritariamente una serie de clientes que manejan muchos fondos pero también tienen mucho poder, como bancos centrales o fondos soberanos de pensiones, no le ha quedado más remedio que bajar tanto las comisiones para tenerlos contentos?
Ciertamente Ashmore, con su ciclicidad, no ha dejado de crecer mucho en activos bajo gestión, por lo que podría tratarse del primer caso. Estos gestionan decenas de miles de millones con apenas 100 gestores, por lo que podría tratarse de eso, de pagar sobre los activos bajo gestión un porcentaje menor a esos gestores (y a los accionistas) pero compensarlo gestionando de ciclo en ciclo una mayor cantidad de millones en los fondos de inversión, ampliando la competitividad frente a unos y otros.
- ¿Qué es financieramente Ashmore hoy día?
Podríamos pensar que un negocio en horas bajas como Ashmore no puede ser interesante, pero lo cierto es que los negocios cíclicos, si se compran, hay que comprarlos en momentos bajos de ciclo (otro asunto claro, es acertar con ello, pero donde nunca se acierta es comprándolos cuando todo marcha fenomenal).
El caso es que Ashmore capitaliza actualmente 1.170 millones de libras, frente a los 3.610 que llegó a valer a principios de 2020. Si bien siempre ha repartido una parte de sus beneficios en dividendos, también fue destinando otra parte a invertir en sus propios fondos, normalmente en el momento del lanzamiento de los mismos, y a acumular efectivo.
A esta caja neta, que lo es al no poseer la compañía deuda alguna, y a las inversiones en fondos de Ashmore, habría que restar los requerimientos de capital (no lo hemos comentado, pero como gestora está obligada a mantener cierto patrimonio por lo que pudiera pasar, y esta lo cumple con el efectivo y los fondos). Para hacernos una idea los requerimientos mínimos de capital a mediados de 2024 fueron de 97 millones de libras (esta es una parte de la caja neta que nunca podremos recibir como inversores, pero que sí está invertida en depósitos a corto plazo, y que actualmente le renta a Ashmore un 5 %).
Como vemos a cierre del ejercicio 2024 (que cierra en junio), Ashmore tendría una caja neta de 505,7 millones de libras, 265 millones invertidos en fondos de la propia Ashmore, y unos requerimientos de capital de 97 millones, lo que nos llevaría a un total de 673,7 millones de libras.
La compañía ha mantenido desde 2020 su dividendo estable en 16,9 peniques, que en efectivo vienen a ser 118 millones de libras. Hace apenas unos días presentó resultados de 2024 y su CEO señalaba que tenían efectivo de sobra y que el accionista no tenía por qué sufrir la ciclicidad del negocio, que para eso tenían tanto efectivo acumulado. La idea por tanto sería mantener el dividendo y que mientras el negocio no recuperase ir reduciendo la cantidad de caja neta en balance. Para hacernos una idea actualmente el negocio de Ashmore antes de impuestos generó 77,5 millones de libras, y su caja neta le generó 24,9 millones, un total de 102,4 millones de libras, al que le aplicaríamos el Impuesto sobre Sociedades medio que soporta, de un 23.3 %, un total de 23,8 millones, lo que nos daría una generación de caja actual de 78,6 millones. De mantenerse aquí el negocio quemaría manteniendo el dividendo 39,4 millones al año.
La idea por tanto es, si nos creemos que el negocio va a remontar o como mínimo se va a quedar igual, que mientras dure la espera la compañía renta a precios actuales un 9.8 % por dividendos y, si no remontase y se quedase en los niveles actuales, estaría cotizando actualmente, después de restar la parte de la caja neta y fondos del accionista (673,7 M) a su capitalización bursátil (1.162 M), 488,3 millones, a un PER de 7,7 veces (a los 77,5 millones que generaría el negocio core antes de impuestos le sumaríamos 4,85 millones de la caja que no es del accionista por ser requerimientos de capital, un total de 82,3 millones, que tras aplicarles el Impuesto sobre Sociedades medio del grupo serían unos beneficios netos totales de 63). Ya si remontase el negocio pues eso, para arriba exponencialmente (nótese también que una bajada de tipos vendría a reducir los intereses que esta recibe por sus depósitos, aunque a la par favorecería a sus fondos de deuda).
Y esto sería todo, espero que os haya resultado interesante, por supuesto no se trata de ninguna recomendación de inversión sino un mero análisis a efectos de aprender y divulgar, ¡nos leemos la semana que viene!
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- Otros negocios de gestión de activos analizados:
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Javier García de Tiedra González es Abogado de formación y actualmente analista e inversor en empresas cotizadas a tiempo completo. Es además accionista minoritario en Bund Company, compañía que cofundó su hermano Álvaro y que es líder en sastrería a medida en España, en la que trabajó varios años en sus inicios.
Ha cursado un Máster en Valoración de Empresas y publicado dos libros en materia de finanzas: Introducción a la Inversión e Invertir en Bolsa Española, ambos a la venta en Amazon.
Muchas gracias por el análisis de esta empresa, la tengo en mí lista de compra desde hace unos meses y este análisis me ha sido de gran ayuda
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