Invertir es simple pero no fácil. Solemos escuchar esto a menudo pero realmente, ¿qué quiere decir en realidad? Como suelo ver a mucha gente despistada, y a muchos otros que merodean tratando de lucrarse de los mismos, sin importarles si por el camino se los llevan por delante, a ellos y a su proyecto de vida, que financian nuestros ahorros, me animo hoy a tratar de que se entienda mejor de qué va esto de invertir en acciones, porque al fin y al cabo, es una afición gratificante pero también una afición en la que si nos autoengañamos hay muchas probabilidades de que acabe mal.
Desde la perspectiva de quien se dedica a esto, a invertir en acciones a tiempo completo, si yo fuese un inversor particular, con un trabajo a jornada completa totalmente diferente al de las finanzas, lo que demandaría no es alguien que me dijese simplemente qué hacer, compra esto o vende aquello, sino alguien que me enseñase y a la vez me compactase la información a estudiar en algo abordable para mi situación de trabajador por cuenta ajena o autónomo.
Al final el de la inversión en Bolsa desde la perspectiva empresarial es una ocupación simple pero no fácil. Es simple porque la caja de herramientas que necesitas, desde la perspectiva de los conocimientos, no es enorme, hay quien diría que son cuatro cosas, pero no hay que confundir esto con pensar que no te hace falta ninguna (esta caja de herramientas, para haceros una idea, no es la propia de un ingeniero o de un médico, y por ello nadie aspiraría a aficionarse a ello viendo vídeos en Youtube).Yo hasta 2019 me dediqué a la Abogacía en su especialidad del Derecho Tributario. Esta ocupación también tiene una caja de herramientas, y también podríamos calificar esta ocupación de simple. Si dependiese de mi hacer unos estudios que englobasen esta caja de herramientas del Abogado fiscalista, con el equivalente a un año de estudios irías más que sobrado, si ya hubieses cursado Derecho. Pero ay, claro, con saber diferenciar un impuesto de un tributo, una reducción fiscal de una deducción fiscal, o que no es lo mismo un recurso en vía administrativa que en vía judicial, no basta para luego ser Abogado fiscalista. Esto es la caja de herramientas, sin la que no vas a poder abordar cualquier contencioso por sencillo que sea, pero lo difícil es luego ponerte manos a la obra a tratar de dar con la tecla para defender los intereses de tu cliente frente a la Agencia Tributaria.
Con lo que aprendes de Derecho Tributario en el Grado en Derecho, y lo que aprendes en un Máster en Fiscalidad al uso, te da para ser un fantástico gestor fiscal. Pero para ser un buen asesor fiscal o un Abogado fiscalista esto es solo la caja de herramientas, luego tienes que echar horas y horas leyendo doctrina administrativa y jurisprudencia para defender cada caso. Al final si bastase con la caja de herramientas básica, el cliente no estaría en el despacho sino en la gestoría, y también por cierto, pagaría mucho menos por estos servicios.
El equivalente para el inversor particular que quisiera los fines de semana resolver recursos de Derecho Tributario, o los suyos propios, sería contar con un asistente útil, sería alguien que se dedicase a clasificarte y resumirte la doctrina y jurisprudencia que fuesen publicando entes administrativos y tribunales para cada tipo de caso concreto. Pero primero tendría que tener su caja de herramientas intelectual, en el caso del analista o inversor aficionado, los conocimientos mínimos para abordar el estudiar una compañía, o bien para entender el análisis de un tercero, para juzgar si es un análisis serio, o si, siendo generosos y finos, no es un análisis profesional en el que uno pueda fiarse demasiado.
Yo trato cada semana de que vaya calando esa parte intelectual que es la caja de herramientas del inversor en acciones, y que aparte tenga resumidos casos de negocios interesantes, porque me consta que mucho tiempo no va a tener para hacerlo él.
Si yo fuese inversor particular, y tuviese mi trabajo, lo que querría, es que existiesen muchas personas que hiciesen esto, y no personas que sin haber demostrado el más mínimo de conocimientos, te vengan a decir si hay que comprar esto o vender de aquello. Curiosamente este tipo de personas son las que luego pretenden cobrarte por ello, y lo peor que hay muchos que pagan, porque tienden a ser, eso sí, fantásticos expertos en marketing.
En resumen: como afición, invertir en acciones es muy gratificante, se aprende un montón y si te lo curras puedes incluso aspirar a conseguir mejores rentabilidades con menor riesgo, o como mínimo iguales rentabilidades con menor riesgo. Pero es peligroso pensar que el "simple pero no fácil" es solo porque hay volatilidad y hay que tener paciencia. No, al final la volatilidad y la paciencia es un peaje, pero no va de fiarte de las recomendaciones de cualquiera, sin dedicarle ni dos horas a la semana a estudiar, para en base a ello andar invirtiendo tus ahorros y en cierto modo tu calidad de vida (y lo que ya es peor, en ocasiones la de tu familia).
El de las finanzas en definitiva es un mundo, por la naturaleza humana, que se presta a la ley del más sinvergüenza y a que haya mucho tiburón con ganas de alimentarse sin dar un palo al agua, si nos animamos pues se trata de eso, de que no nos muerdan, y hacerlo de la manera más profesional posible.
Espero que os haya resultado una reflexión interesante, ¡nos leemos!
----------
Javier García de Tiedra González es Abogado de formación y actualmente analista e inversor en empresas cotizadas a tiempo completo. Es además accionista minoritario en Bund Company, compañía que cofundó su hermano Álvaro y que es líder en sastrería a medida en España, en la que trabajó varios años en sus inicios.
Ha cursado un Máster en Valoración de Empresas y publicado dos libros en materia de finanzas: Introducción a la Inversión e Invertir en Bolsa Española, ambos a la venta en Amazon.
No hay comentarios:
Publicar un comentario